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La obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa corporal. Se define clínicamente mediante medidas que “estiman” la adiposidad a partir del peso corporal, la estructura corporal y la altura.

Ya no sólo se considera un problema cosmético causado por comer en exceso y la falta de autocontrol. La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con las sociedades médicas y científicas nacionales e internacionales, ahora reconocen la obesidad como una enfermedad crónica progresiva resultante de múltiples factores ambientales y genéticos.

Es el factor de riesgo número uno, pero que se puede controlar, y que está relacionado directamente con muchas enfermedades (llamadas comorbilidades) como la hipertensión, la diabetes, la arteriosclerosis, la infertilidad, infartos y ciertos tipos de cánceres. El manejo de la obesidad se ha transformado en el factor fundamental para la prevención de muchas enfermedades y el tratamiento de muchos pacientes que ya las padecen. La obesidad es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2 (DM2). Por lo tanto, ha habido un aumento paralelo en la prevalencia de la DM2, que actualmente se sitúa en el 9% en todo el mundo y se prevé que alcance el 12% para 2025. Tomando en cuenta la creciente población, es probable que la carga global de diabetes aumente en más del 50% en la próxima década. Las anomalías metabólicas asociadas con la obesidad aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular, incluida la enfermedad de las arterias coronarias y la insuficiencia cardíaca.

Causas de la Obesidad

Aunque existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal, la obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías de las que se queman con el ejercicio y las actividades diarias habituales. El cuerpo almacena ese exceso de calorías en forma de grasa.

La obesidad suele ser el resultado de una combinación de causas y factores contribuyentes como los siguientes:

  • Influencia genética. Los genes pueden afectar la cantidad de grasa corporal que almacenas y dónde se distribuye esa grasa. La genética también puede jugar un papel importante en la eficiencia con la que tu cuerpo convierte los alimentos en energía, en la forma en que tu cuerpo regula tu apetito y en la forma en que tu cuerpo quema calorías durante el ejercicio. La obesidad tiende a presentarse en toda la familia. No solo por los genes que comparten, también los miembros de la familia tienden a compartir hábitos alimenticios y de actividad similares.
  • Estilo de vida. Una dieta con muchas calorías, bebidas altamente calóricas y con porciones demasiado grandes, contribuye al aumento de peso. Si se suma un estilo de vida sedentario, es muy fácil que todos los días ingieras más calorías de las que quemas cuando haces ejercicio y realizas actividades cotidianas normales. La cantidad de horas que pasas frente a una pantalla está altamente asociada con el aumento de peso.
  • Medicación y enfermedades. Algunos medicamentos pueden provocar aumento de peso si no los compensas con dieta o con actividad física. Entre estos medicamentos, encontramos a algunos antidepresivos, medicamentos anticonvulsivos, medicinas para la diabetes, medicaciones antipsicóticos, corticooides y betabloqueantes. En algunas personas, la obesidad puede tener una causa médica, como el Síndrome de Prader-Willi, el síndrome de Cushing u otros trastornos. Los problemas médicos, como la artritis, también pueden hacer disminuir la actividad física, lo que puede provocar el aumento de peso.
  • Edad. La obesidad puede ocurrir a cualquier edad, incluso en niños pequeños. Sin embargo, a medida que envejeces, los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo aumentan el riesgo de padecer obesidad. Asimismo, la cantidad de músculo en el cuerpo tiende a disminuir con la edad. Generalmente, la disminución de la masa muscular conduce a una disminución del metabolismo. Estos cambios también reducen las calorías que necesitas, por lo que pueden hacer que resulte más difícil evitar el exceso de peso. Si no controlas de forma consciente lo que comes y no haces más actividad física a medida que envejeces, es probable que aumentes de peso.

Otros factores:

  • Embarazo. El aumento de peso es común durante el embarazo. Para algunas mujeres, después del nacimiento del bebé, es difícil perder ese peso que aumentaron. Ese aumento de peso puede contribuir al desarrollo de la obesidad en las mujeres. La lactancia materna puede ser la mejor opción para perder el peso ganado durante el embarazo.
  • Dejar de fumar. Con frecuencia, dejar de fumar está asociado con el aumento de peso. Y para algunas personas, puede llevar a un aumento de peso suficiente para calificar como obesidad. A menudo, esto sucede cuando la gente usa los alimentos para hacer frente a la abstinencia del hábito de fumar. Sin embargo, a largo plazo, dejar de fumar sigue siendo un beneficio mayor para la salud que continuar fumando.
  • Falta de sueño. No dormir lo suficiente o hacerlo en demasía puede provocar cambios hormonales que aumentan el apetito. También es posible que sientas ganas de comer alimentos con alto contenido de calorías e hidratos de carbono, que pueden contribuir al aumento de peso.
  • Estrés. Muchos factores externos que afectan el estado de ánimo y bienestar pueden contribuir a la obesidad. Las personas a menudo buscan más alimentos ricos en calorías cuando sufren situaciones estresantes.
  • Microbiana. Las bacterias intestinales se ven afectadas por lo que comes y pueden contribuir al aumento de peso o a la dificultad para bajar de peso.
  • Intentos previos de perder peso. Los intentos previos de pérdida de peso seguidos de una rápida recuperación de peso pueden contribuir a un mayor aumento de peso. Este fenómeno, a veces llamado dieta yo-yo, puede ralentizar el metabolismo.

Consecuencias de la Obesidad

Cardiovasculares:

  1. Hipertensión arterial: La obesidad es un factor de riesgo importante para la hipertensión arterial. Aproximadamente 3 de cada 4 casos de hipertensión están relacionados con la obesidad. La hipertensión aumenta el riesgo de otras enfermedades, estas incluyen enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva, accidente cerebrovascular y enfermedad renal.
  2. Várices y flebitis: Una flebitis es una inflamación en una vena. Cuando esa inflamación es producida por un coágulo de sangre que tapona parcial o totalmente una vena hablamos de tromboflebitis. Puede producirse de forma superficial, en capilares en la piel, o bajo los tejidos de la dermis de manera profunda. Las varices son dilataciones venosas que se caracterizan por impedir que la sangre retorne de forma eficaz al corazón (insuficiencia venosa). Se producen por una alteración de las válvulas venosas, que al no cerrarse como es debido, hacen que la sangre se acumule en las venas, haciendo que se dilaten.
  3. Trombosis venosa profunda: La estasis venosa, o venoestasis, es una afección que consiste en la circulación lenta de la sangre en las venas, por lo general de las piernas. La estasis venosa es un factor de riesgo para la formación de trombos en las venas (trombosis venosa), como en el caso de las venas profundas de las piernas, llamada trombosis venosa profunda (TVP).
  4. Descompensación cardiaca: La enfermedad cardíaca mata a unas 600.000 personas cada año en Europa. La American Heart Association considera que la obesidad es un factor de riesgo importante para la enfermedad coronaria. Grandes estudios muestran que el riesgo de enfermedad coronaria aumenta con la obesidad. Esto significa que tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón. La obesidad aumenta su riesgo de insuficiencia cardíaca. La obesidad severa se asocia con latidos cardíacos irregulares (arritmias). Estas arritmias pueden triplicar el riesgo de paro cardíaco.
  5. Arteriosclerosis: La arteriosclerosis sucede cuando los vasos sanguíneos que llevan oxígeno y nutrientes del corazón al resto del cuerpo (arterias) se vuelven gruesos y rígidos, en ocasiones restringen el flujo de sangre hacia los órganos y los tejidos. Las arterias sanas son flexibles y elásticas, pero con el tiempo, las paredes de las arterias se pueden endurecer.

Respiratorias:

La sobrecarga de grasa aumenta la necesidad de oxígeno y disminuye a la vez su capacidad respiratoria. Esta es la razón por la que se puede sentir sofocado cuando hace un esfuerzo. Las personas con obesidad tienen una capacidad pulmonar reducida. Estas personas tienen un mayor riesgo de infecciones respiratorias. Son más propensos a tener asma y otros trastornos respiratorios, como mayor afectación con la Covid-19. Se ha demostrado que el asma es tres o cuatro veces más común entre las personas con obesidad.

  1. Síndrome de Pick-wick (insuficiencia respiratoria) o Síndrome de Hipoventilacion y obesidad (SHO): es una enfermedad respiratoria en las personas obesas que causa niveles bajos de oxígeno y demasiado dióxido de carbono en la sangre. El nivel de oxígeno es bajo y el de dióxido de carbono es alto a causa de una afección llamada hipoventilación durante el día (hipoventilación diurna). Las tres características principales del SHO son: 1) la obesidad; 2) la hipoventilación diurna (la dificultad para eliminar el dióxido de carbono); y 3) un trastorno respiratorio del sueño (como el síndrome de apnea obstructiva del sueño). El SHO también se conoce como el síndrome de Pickwick, porque las personas con SHO pueden tener síntomas como los que describe Charles Dickens en su ensayo “Los papeles póstumos del club Pickwick”
  2. Síndrome de Apnea Obstructiva del sueño (SAOS): Más de la mitad de las personas afectadas por la obesidad (alrededor del 50 - 60%) tienen apnea obstructiva del sueño. En casos de obesidad severa, esta cifra es de alrededor del 90%. SAOS es un trastorno respiratorio muy grave, ocurre cuando el exceso de grasa en el cuello, la garganta y la lengua bloquea los conductos de aire durante el sueño. Este bloqueo causa apnea, lo que significa que una persona deja de respirar por un tiempo. Una persona con SAOS puede tener cientos de episodios de apnea cada noche. Los episodios de apnea reducen la cantidad de oxígeno en la sangre de una persona y puede provocar hipertensión arterial, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca, pudiendo causar muerte súbita cardíaca y accidente cerebrovascular. Debido a que los episodios de apnea interrumpen el ciclo normal de sueño, es posible que no pueda alcanzar un sueño reparador. Esto puede provocar fatiga y somnolencia. Si no se trata, esta somnolencia puede aumentar su riesgo de accidentes automovilísticos.
  3. Somnolencia (sueño y cansancio por falta de oxígeno): es una actitud exagerada para el sueño. Es un estado en el que ocurre una fuerte necesidad de dormir o en el que se duerme durante periodos prolongados (hipersomnia).
  4. Bronquitis: es una inflamación de las vías aéreas bajas. Sucede cuando los bronquios, situados entre los pulmones, se inflaman a causa de una infección o por otros motivos.
  5. Acúmulo de secreciones pulmonares.
  6. Embolia Pulmonar, mayor probabilidad por la TVP.

Digestivas: Cálculos de la vesícula biliar.

  • Cirrosis hepática: Cirrosis hepática se refiere a la cicatrización del hígado que da como resultado una función hepática anormal como consecuencia de una lesión hepática crónica (a largo plazo). La cirrosis es una de las causas principales de enfermedad y muerte en Europa. Esta enfermedad causa 26.000 muertes cada año, por desgracia se espera que el número de personas afectadas por la cirrosis continuará aumentando en el futuro cercano.
  • Reflujo gastroesofágico y acidez estomacal: La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) hace que el ácido del estómago o las secreciones intestinales lleguen al esófago. Los síntomas comunes de ERGE incluyen acidez, “indigestión”, vómitos, tos (especialmente por la noche), ronquera y eructos. Entre el 10 y 20% de la población general experimenta síntomas de ERGE regularmente. La obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de ERGE, esofagitis erosiva y, rara vez, cáncer de esófago (adenocarcinoma) por esófago de Barret.

Pancreatitis.

Mecánicas y motoras:

La obesidad y en particular la obesidad severa, contribuye a una serie de problemas óseos y articulares. Estos problemas pueden aumentar el riesgo de accidentes y lesiones. Los problemas óseos y articulares pueden incluir:

  • Enfermedades articulares (osteoartritis, gota).
  • Hernia discal.
  • Trastornos de la columna vertebral.
  • Dolor de espalda.
  • Osteoartritis de la cadera y rodillas.
  • Osteoartritis y deformación de la columna vertebral.

Endocrinos:

Diabetes Tipo 2: es una enfermedad crónica, progresiva y multifactorial, con alteraciones del metabolismo intermedio (hidratos de carbono, grasas y proteínas), asociada a déficit relativo o absoluto de insulina y con grados variables de resistencia a la misma. El denominador común se caracteriza por la hiperglucemia. La obesidad, caracterizada principalmente por la adiposidad visceral, está vinculada a pacientes genéticamente predispuestos a la activación de mecanismos inflamatorios y metabólicos que conducen a la aparición de DM2 y enfermedades cardiovascular. La obesidad es una causa importante de diabetes tipo 2. Las personas afectadas por obesidad severa tienen aproximadamente 10 veces más probabilidades de tener diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 puede casi duplicar el riesgo de muerte y conducir a:

  • Amputaciones.
  • Enfermedad del corazón.
  • Ceguera.
  • Enfermedades del riñón.
  • Hipertensión arterial.
  • Defectos circulatorios y nerviosos.
  • Infecciones difíciles de curar.
  • Impotencia. Y más…

La prediabetes comprende individuos con categorías intermedias entre la glucemia normal y DM2, con un mayor riesgo de desarrollar diabetes y sus complicaciones macro y microvasculares.

  • El Síndrome Metabólico define un grupo de factores cardiovasculares y de diabetes de origen metabólico. La obesidad abdominal y la resistencia a la insulina se consideran la base fisiopatológica. El síndrome metabólico (SM) se reconoce en la actualidad como una entidad patológica con personalidad propia y que se caracteriza por la convergencia de varios factores de riesgo cardiovascular en la misma persona, con un marcado carácter de alteración metabólica subyacente. Arnesen lo define teniendo en cuenta los siguientes componentes: resistencia a la insulina (RI), intolerancia a la glucosa o diabetes de tipo 2 (DM2), dislipemia, estado protrombótico, estado proinflamatorio, hipertensión arterial y obesidad central.
  • Dislipemia (anomalías en el metabolismo de los lípidos).
  • Trastornos de la menstruación en la mujer.
  • Impotencia en el hombre.
  • Infertilidad.

Psicosociales:

La obesidad en uno de los cónyuges puede tener repercusiones en la vida afectiva y sexual.

  1. Depresión nerviosa.
  2. Aislamiento social.
  3. Discriminación física y social.
  4. Inadaptación o incapacidad para el trabajo.

Otros:

  • Incontinencia Urinaria de Esfuerzo.
  • Hipertensión endocraneal idiopática (HEI).
  • Enfermedad de Alzheimer: los estudios encuentran que la obesidad durante la mediana edad puede contribuir a afecciones que aumentan el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer más adelante en la vida.
  • Enfermedad renal: la hipertensión, la diabetes tipo 2 y la insuficiencia cardíaca congestiva son los principales contribuyentes a la enfermedad renal y la insuficiencia renal. Todas estas condiciones son causadas o empeoradas por la obesidad.
  • Suicidio: los estudios han demostrado una correlación entre la obesidad severa y el trastorno depresivo mayor. Los problemas de discriminación física y social relacionados con la obesidad pueden contribuir a esta depresión.
  • Septicemia: la septicemia es una infección grave que puede provocar rápidamente un shock séptico y la muerte. Los estudios han demostrado que las personas afectadas por la obesidad, particularmente la obesidad severa, tienen mayor riesgo de septicemia.
  • Hígado graso no alcohólico: la obesidad es la causa principal de la enfermedad del hígado graso y del hígado graso no alcohólico. La mayoría de las personas con obesidad severa tienen enfermedad del hígado graso no alcohólico. La enfermedad del hígado graso puede causar cicatrices en el hígado, lo que empeora la función hepática y esto puede conducir a cirrosis e insuficiencia hepática.
  • Cáncer: Se cree que la obesidad causa hasta 90.000 muertes por cáncer por año. A medida que aumenta el Índice de Masa Corporal (IMC), también lo hace su riesgo de cáncer y muerte por cáncer. Estos cánceres incluyen.

Para las personas con obesidad severa, la tasa de mortalidad aumenta para todos los tipos de cáncer. La tasa de mortalidad es 52% más alta para los hombres y 62% más alta para las mujeres.

Enfermedad cerebrovascular y accidente cerebrovascular: La obesidad ejerce hipertensión. Esta hipertensión aumenta su riesgo de accidente cerebrovascular. La obesidad puede conducir a otros factores de riesgo de accidente cerebrovascular. Los factores de riesgo de accidente cerebrovascular incluyen enfermedad cardíaca, síndrome metabólico, anormalidades lipídicas, diabetes tipo 2 y apnea obstructiva del sueño.